¿Qué cambios necesita la UE en sanidad? Los europeos hablan

2022-05-21 09:55:48 By : Ms. Selina Tang

La irrupción de la pandemia del Covid-19 ha llevado a la mayoría de países de todo el mundo a iniciar procesos de análisis dirigidos a identificar sus principales carencias y, a la vez, plantear mejoras para ser capaces de afrontar futuras crisis. Lo hizo España con la Comisión de Reconstrucción celebrada en el Congreso y también lo ha hecho la Unión Europea (UE).

En concreto, más de 200 ciudadanos europeos han participado en la llamada Conferencia sobre el Futuro de la UE, unos paneles de participación que se han desarrollado en los últimos meses, y que junto al apoyo del Parlamento Europeo han concluido la necesidad de llevar a cabo actuaciones en torno a 49 propuestas concretas sobre 9 grandes temas.

Para el área de Salud, se han acordado cuatro propuestas generales: avanzar hacia una alimentación y estilo de vida saludables; reforzar el sistema sanitario; lograr una concepción más integradora de la salud; y alcanzar la igualdad de acceso a la salud para todos. Estas cuatro líneas están desarrolladas en 24 medidas o recomendaciones más concretas.

“NORMAS SANITARIAS COMUNES MÍNIMAS”

Comenzando por la última, la Conferencia pide unas “normas sanitarias comunes mínimas” a escala de la UE y también de “proximidad de la asistencia” y que se permita “una toma de decisiones más rápida sobre temas clave”, mejorando así la gobernanza europea. Para ello, reclaman que se potencie la conocida Unión Europea de la Salud y que se incluya la salud y la asistencia sanitaria “entre las competencias compartidas entre la UE y los Estados miembros”.

Con el objetivo de que “todos los europeos” tengan un “acceso igualitario y universal”, se propone que “cualquier persona pueda acceder a los tratamientos existentes en el primer país en el que estén disponibles”, particularmente para ´”enfermedades raras, cáncer, enfermedades cardiovasculares, trasplante de órganos o tratamientos de quemaduras graves”. Por ejemplo, citan la creación de una Red Europea de Trasplantes y Donaciones de Órganos.

También en materia de equidad, plantean que se garantice unos cuidados dentales “asequibles” y “para todos en un plazo de entre 15 y 20 años” o que los tratamientos y medicamentos “sean de la misma calidad y con un coste local justo”, abordando incluso “la actual fragmentación del mercado interior”.

Otra de las peticiones de la Conferencia es “combatir la pobreza sanitaria” fomentando la “atención odontológica gratuita a niños, colectivos de bajos ingresos y otros grupos vulnerables” o valorando “el impacto en la salud de la vivienda de mala calidad”. En el plano internacional, se insta a “reconocer que los medicamentos deben estar disponibles en todo el mundo, incluso en los países más pobres”.

UNA SALUD “MÁS INTEGRADORA”

Para “adoptar un enfoque amplio de la salud”, los ciudadanos europeos hacen planteamientos como “mejorar la comprensión de los problemas de salud mental y las formas de abordarlos, desde la infancia y el diagnóstico precoz”. En detalle, proponen que se intercambien “mejores prácticas” y que se elabore “un plan de acción de la UE sobre salud mental” que aborde, entre otras cosas, la disponibilidad de profesionales.

Desde el punto de vista de los “estilos de vida saludables”, piden un “programa educativo estándar” que abarque también a la educación sexual y que aborde igualmente “los estereotipos sobre las personas enfermas o discapacitadas”. Exponen, de igual modo, la posibilidad de “desarrollar cursillos de primeros auxilios” en los centros educativos y lugares de trabajo, así como establecer “un número mínimo de desfibriladores en lugares públicos”.

Por otro lado, abogan por una Semana de la Salud “en toda la UE” en la que “se tratarían y debatirían todos los problemas de salud”, y la posibilidad de fijar iniciativas anuales como “el año de la salud mental”. Además, plantean que los productos anticonceptivos hormonales utilizados por razones médicas, como en los casos de fibromialgia y endometriosis, así como los productos sanitarios femeninos se reconozcan como “tratamiento médico corriente a efectos de impuestos”.

REFUERZO DE LOS SISTEMAS NACIONALES

Con el objetivo de “reforzar la resiliencia y la calidad” de los sistemas sanitarios, sugieren crear un Espacio Europeo de Datos Sanitarios o desarrollar un “pasaporte sanitario electrónico” de la UE. De forma general,  exigen la emisión de “recomendaciones firmes” a los Estados para que inviertan en “sistemas sanitarios eficaces, accesibles, asequibles, de alta calidad y resilientes”. Y en particular, que financien los programas de investigación, las infraestructuras y la salud digital.

A nivel laboral, los ciudadanos piden de forma clara “condiciones de trabajo adecuadas”, también refiriéndose al salario, y “armonización de la formación y certificación” para los profesionales sanitarios. Una propuesta novedosa es la creación de “un Erasmus para facultades de Medicina”, para el desarrollo de sus capacidades o el establecimiento de “programas de intercambio de la UE” con el fin de “garantizar la retención del talento”.

Otra reclamación destacada es la de “garantizar la autonomía estratégica” de la UE para medicamentos y productos sanitarios, de forma que no se dependa de terceros países. Así, apuestan por elaborar una lista de medicamentos y tratamientos esenciales y prioritarios, pero también innovadores, “a fin de garantizar su disponibilidad para los ciudadanos”. Por ejemplo, piden que se considere un “almacenamiento estratégico coordinado”.

ALIMENTACIÓN Y ESTILO DE VIDA SALUDABLE

Para este cometido, plantean medidas como “establecer unas normas mínimas de calidad de los alimentos, así como de su trazabilidad, en particular limitando el uso de antibióticos y otros medicamentos para animales a lo estrictamente necesario”. Igualmente, piden que se invierta en investigación sobre “el impacto del uso de antibióticos y los efectos de las sustancias hormonales y los alteradores endocrinos sobre la salud humana” y que se fomente el diálogo con los agentes de la cadena alimentaria.

Desde el punto de vista educativo, se apuesta por comenzar “desde una edad temprana” a educar a las personas “en hábitos saludables”. También plantean “gravar los alimentos procesados no saludables”, así como “un sistema de evaluación a escala europea para los alimentos procesados”  y “una etiqueta en la que se refleje el uso de hormonas y alteradores endocrinos en la producción de alimentos”. Finalmente, reclaman que existan “alimentos saludables, variados y asequibles” en espacios como “comedores escolares, hospitales o residencias de ancianos”.

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