Esquire participa en varios programas de afiliación de marketing, lo que significa que Esquire recibe comisiones de las compras hechas a través de los links a sitios de los vendedores.
El actor australiano, que está grabando Furiosa, la precuela de Mad Max y está a punto de estrenar en Netflix Tyler Rake 2, está íntimamente conectado, además de con Marvel y con Thor, el papel que le puso en el mapa, con el ganador de Eurovisión de 2009. Solo que él no lo sabia. Hasta ahora. Nos sentamos a charlar con Hemsworth aprovechando su nuevo proyecto: la nueva campaña de Hugo Boss para el perfume BOSS Bottled Parfum.
Se puede poner una fecha exacta al momento en el que le cambió la vida profesionalmente al actor australiano Chris Hemsworth. Fue el 16 de mayo de 2009. Es más, incluso podemos afinar con la hora. Ocurrió entre las 09:00 h y las 13:12 h, momento en el que la columnista Nikki Finke pulsaba con decisión el botón enter para publicar en su blog la exclusiva de su fichaje para la película de Marvel Thor. Estamos hablando de cuando Chris Hemsworth no era Chris Hemsworth, pero, sobre todo, nos referimos a una película de Marvel cuando Marvel, en realidad, todavía no era la omnipresente Marvel; cuando las películas de superhéroes eran todavía una anécdota en la cartelera y no el modelo de franquicia cinematográfica más ambicioso jamás creado por la máquina de crear mitos de Hollywood.
Al mismo tiempo que Marvel elegía a Chris Hemsworth para interpretar a Thor, por gracia de la diferencia horaria, el cantante noruego Alexander Rybak ganaba en Moscú el Festival de la Canción de Eurovisión con la canción Fairytale. Toma metáfora del destino: Fairy. Tale. A ver cuántas personas pueden saber con tanta precisión a qué hora cambió su destino profesional.
Nikki Finke, una periodista curtida en política en Washington y reconvertida en gacetillera 2.0 en Hollywood, se enteró esa misma mañana, un día nublado en Los Ángeles, del rutilante fichaje de Hemsworth y la noticia le quemaba en los dedos. El casting se había prolongado durante demasiado tiempo y, por fin, se había dado con un actor que convencía a todas las partes contratantes. Kevin Feige, presidente y director creativo de Marvel Studios, que por aquel entonces no era el omnipresente Kevin Feige (solo tenía a sus espaldas el éxito de Iron Man, mucho antes del Marvel Cinematic Universe), había dado el visto bueno unos días antes a la incorporación de Chris Hemsworth al proyecto: un actor australiano recién llegado a Hollywood que había rodado ya con J. J. Abrams (aunque solo fueran nueve minutos antes de los títulos de crédito de Star Trek en el papel del padre del nieto del capitán Kirk original), que había hecho una primera audición, que la había, literalmente, desaprovechado, y que había tenido la suerte de conseguir una segunda oportunidad. Hemsworth sobre todo tuvo la suerte de tener un representante de esos que se ganan cada dólar del sueldo: William Ward.
Ward es un tipo muy insistente. Seguro que sabes quién es. Es el tipo que aparece en esa mítica foto de Chris Hemsworth en el Gran Premio de Mónaco en 2016, en la que se reparten alrededor de una mesa Matt Damon y su esposa, Luciana, junto al propio Hemsworth y su mujer, Elsa Pataky. Es esa foto en la que Hemsworth le está dando un bocado al meñique izquierdo de Pataky como quien no quiere la cosa. Pues bien, Ward es el tipo que está detrás del matrimonio Damon.
William Ward, que aprendió el oficio de representante cuando llegó a Los Ángeles con el mítico Ari Emanuel (en quien se inspira el personaje de Ari Gold en la serie Entourage), había encontrado a Hemsworth (en realidad, a los hermanos Hemsworth) en uno de sus viajes para reclutar talento en Australia. Ward llevó al mediano, Chris, a la meca del cine y le presentó a los principales directores de casting y ejecutivos de las productoras.
Como es habitual, las grandes agencias se mostraron perezosas: CAA, que se convertiría más tarde en su agencia (solo durante un breve período de tiempo), pasó directamente de reunirse con Hemsworth en 2009; Endeavor, sí, se reunió con él, pero no terminaba de verlo claro, así que dejó que se fuera por la misma puerta por la que había entrado. Por su parte, ICM sí estaba interesada, pero tardó demasiado en tomar una decisión.
Ilene Feldman, de IFA, no se lo pensó dos veces. La relación profesional con Feldman duraría cuatro años, cuatro años decisivos para la carrera de Hemsworth: Thor, Los Vengadores, Blancanieves y la leyenda del cazador, Thor 2... Ward y Feldman llegaron a conseguir que Hemsworth protagonizara Robopocalypse, la película de Steven Spielberg que a punto estuvo de adaptar la novela homónima de Daniel H. Wilson y que no vio la luz porque el director decidió dedicar sus recursos a un proyecto más cómodo: El puente de los espías.
La fecha de esa decisión también es de las que cambian una carrera profesional, pero, como no sumó ni restó, se queda en el cajón de la miscelánea. El caso es que fue William Ward quien le consiguió a Hemsworth la prueba para Thor.
Había un problema (ya, sabes, si no hay problema, no hay conflicto y no hay mito que valga, ni cuento de hadas). Uno de los directores de casting estaba literalmente en contra del fichaje de Hemsworth. Sin villano tampoco hay fairytale que valga. Su hermano Liam, también cliente de Ward, hizo después la prueba para el papel de Thor, pero aunque pasó los primeros cortes de los directores de casting, cuando llegó a Kevin Feige se encontró con un muro. Demasiado joven.
Ward fue entonces a hablar con Feige. "Tienes que reconsiderar a Chris. Él es tu chico", le dijo Ward, 50% directo al grano, 50% zalamero. Y Feige aceptó darle esa segunda oportunidad. Y le convenció lo que vio. Sin embargo, la última palabra, recuerda que Marvel todavía no era Marvel, la tenía el director de la película, Kenneth Branagh, que entonces, sí, has acertado, ya era Kenneth Branagh. Este había visto la prueba de Hemsworth y tardó una semana en dar el visto bueno. Mientras tanto, Ward y Feldman habían cerrado ya para Hemsworth uno de los papeles protagonistas de Amanecer rojo. Y tenía a punto de caramelo el papel de James Hunt en Rush, de Ron Howard. Pero ese 16 de mayo de 2009, Branagh hizo esa llamada.
A post shared by Chris Hemsworth (@chrishemsworth)
Durante la promoción de Thor: Love and Thunder, Hemsworth contó en mil y una entrevistas que su hermano había sido elegido antes que él para dar vida al Dios del Trueno... La noticia corrió como la pólvora por Internet. Sin embargo, de noticia tenía poco: se sabía desde hacía trece años. Ya lo había contado Nikki Finke. Y ahí quería yo llegar. El cuento de hadas de Hemsworth siempre ha estado ahí, expuesto a la vista de todos: desde su peculiar trabajo cuando era veinteañero en un servicio de reparación de extractores de leche industriales –empleo que desempeñaba a ritmo de Pink Floyd, Van Morrison y The Beatles mientras reflexionaba sobre su futuro– hasta esa otra historia con tintes de romcom en la que un coach de voz pensó que él y la actriz española Elsa Pataky harían buenas migas (es una relación, ya sabes, que tardó tiempo en cocinarse y en la que Google jugó un papel importante). Sin embargo, la historia que nos importa de Chris Hemsworth es siempre la que está por delante.
A diferencia de otros actores, Hemsworth es una celebridad cristalina: su familia, su forma física, sus viajes... Por saber hasta sabemos cuál era su superhéroe favorito, no precisamente de Marvel. No es tan importante saber de dónde viene, ni lo que hace o deja de hacer, sino hacia dónde va su carrera. Además, es de esos actores cuyo último trabajo es siempre el mejor, el más importante. Cada papel es una mejora incremental en su oficio. (Lo que también dice mucho de las decisiones profesionales que toma para avanzar en su carrera.) El Thor de Love and Thunder es, de momento, el mejor Thor de la saga. Pero, además, es su mejor papel, aunque sea una película de superhéroes. O precisamente por eso. A ver cuántos actores pueden decir que la cuarta secuela y la octava vez que encarnas al personaje es mejor que las anteriores. Y el próximo Thor será mejor que el anterior.
El circo mediático de Marvel no dejó ver al gran público el anterior mejor papel de Hemsworth, en Spiderhead, la irregular adaptación de Netflix del relato de George Saunders. No era cualquier papel. Escondido a simple vista en una película del montón, Hemsworth borda el papel de un villano complejo. Así, de él solo interesa su futuro (Tyler Rake 2 está en la pista de salida en Netflix y cuando hablamos está rodando Furiosa), no su pasado. Y su futuro está ligado al papel que le cambió la vida hace 13 años.
Empaqueto toda esta teoría que te acabo de contar y se la suelto a Chris Hemsworth: "Me encanta la presión y me encanta el desafío. Cada película y personaje con los que te involucras, creo que deben ser intimidantes, que deben asustarte. Porque cuando nos empujan es cuando hacemos nuestro mejor trabajo; cuando nuestras espaldas están contra la pared. Es cuando vamos a profundizar y realmente a poner todo nuestro corazón y alma para que funcione", dice el actor australiano, con quien nos sentamos a charlar aprovechando su nuevo proyecto: la nueva campaña de Hugo Boss para el perfume BOSS Bottled Parfum. Hemsworth se convirtió en 2017 en imagen del clásico perfume BOSS Bottled y, desde 2021, es embajador global de Hugo BOSS. "Compartimos un firme compromiso por evolucionar, por ser creativos y humildes", asegura el australiano de su relación con la marca.
"Cada vez que he tenido la oportunidad de volver a interpretar al personaje de Thor, no importa cuán buena haya sido la anterior película, he tenido que reinventar y recrear y escalar esa montaña con la misma pasión que lo he hecho antes", añade. Fuera de la televisión no es habitual que un actor de cine vuelva una y otra vez al mismo personaje a lo largo de los años. Incluso dentro de las grandes franquicias, como Marvel, hay un relevo de actores. Lo que otros ven como una losa, Hemsworth lo ve como una oportunidad de darle forma al personaje, pero, sobre todo, de corregirlo, de hacerlo suyo para siempre. Hemsworth no es el único, está claro, que ha hecho y hace esto. Está Tobey Maguire en Spiderman 2, pre-Marvel, o incluso Mark Hamill con Luke Skywalker en El imperio contraataca.
Hemsworth hizo suyo a Thor en Ragnarok. "Esta película reinventó el personaje para mí, por lo que ocupa un lugar destacado en mi corazón. Aunque también me encanta el Thor ‘Lebowski’ [de Vengadores: Endgame], porque era muy diferente a cualquier versión anterior de Thor con la que hubiera podido jugar antes. Y lo que me gustó es que ese Thor era una especie de juguete roto. Esa lucha interna se expresó en su físico, pero incluso con ese físico [combinación de prótesis y CGI, pero que mucho CGI] todavía podía ponerse de pie y ser un héroe. No necesitaba cambiar. Aún podía ser noble y tener honor", dice.
A diferencia de la mayor parte de los actores de Marvel (Chris Evans, Tom Holland, Scarlett Johansson...), Hemsworth no tiene miedo de encasillarse. Forma parte del exclusivo club compuesto por Mark Ruffalo, Jeremy Renner y Benedict Cumberbatch. No deja de ser curioso, y elocuente, que precisamente sean estos tres actores los únicos que no tengan ningún problema en poner también voz a sus versiones animadas (en la serie animada de Marvel Studios en Disney + What If?). En el caso de Hemsworth hasta el punto de dar vida a la versión anfibia de Thor en Loki.
Si alguien decidiera darle ahora mismo una serie a Thor Rana, Chris Hemsworth, que no te quepa la menor duda, le pondría la voz. "Absolutamente. Sería una transformación con la que me comprometería al 100%. He ganado mucho músculo para las películas, he perdido mucho peso para las películas y me convertiría en rana...", bromea.
Sin embargo, Hemsworth tiene claro que su futuro no va por la televisión (salvo versiones animadas y anfibias, y entendemos que también algún cameo del estilo de Mark Ruffalo en She-Hulk). "Empecé en la televisión cuando comencé a actuar [rodó nada menos que 171 episodios de Home & Away] y me encantó, pero el formato para mí tiende a ser repetitivo. Estás día tras día en los mismos escenarios y, aunque es cierto que he interpretado al mismo personaje durante muchos años con Thor, prefiero el modelo de las películas. Creo que mi capacidad de atención es más adecuada para cine que para televisión", dice.
¿Y qué pasará cuando acabe con Thor...? Porque Thor acabará algún día, claro. Tiene fecha de caducidad. Hemsworth tiene claro que se llevará consigo lo que ha aprendido al interpretarlo. “A ser adaptable. A no ser rígido en mi forma de pensar sobre quién es un personaje o cuál es la historia, simplemente a permanecer abierto y humilde. Eso no quiere decir que no haya momentos en los que tengas que decir: ‘Pues no, no estoy de acuerdo’”.
*Este artículo aparece publicado en el número de octubre 2022 de la revista Esquire