Buenos Aires - - Sábado 13 De Agosto
Talentoso y perceptivo, Gustavo Cerati Adrián Clark se convirtió en el músico con mayor impacto de esa nueva camada de figuras surgidas en Argentina al concluir la batalla contra el Reino Unido, por el control de las islas del Atlántico Sur. Emergente de un contexto en donde la música cantada en castellano recibió el beneplácito de nuestra sociedad afectada por una guerra, lo que derivó en una determinación desde el poder fáctico de los militares en los ‘80s de promover las canciones en nuestro idioma, su liderazgo al frente de Soda Stereo, y la posterior carrera solista, insufló a la corriente de música popular latinoamericana una oxigenación que aún enciende el calor de las masas.
Nacido en Barracas el 11 de agosto de 1959, mostró desde muy joven su habilidad musical desde aquél sorpresivo mediodía hogareño cuando su padre Juan José decidió sorprenderlo regalándole una guitarra criolla, desconociendo que años más tarde ese instrumento sería el bastión de una innovadora banda que le marcó la cancha a muchos conjuntos de esa década a nivel continental. Su carrera musical llegó a lugares y situaciones soñadas por miles de intérpretes y compositores, pero el destino lo encontró la noche del 15 de mayo en Caracas, Venezuela, protagonista de una pesadilla sanitaria que culminó con su partida física cuatro años más tarde en una clínica porteña, tras sufrir un ACV después del último recital de la gira “Fuerza Natural Tour 2010” en suelo venezolano.
En 1982 puso en marcha el proyecto grupal más sólido de su carrera, cuando formó con el bajista Héctor Zeta Bosio y el baterista Carlos Charly Alberti el grupo Soda Stereo, banda que publicó su primer álbum en 1984. Antes de esta formación, Cerati había participado de los conjuntos “Existencia Terrenal”, “Vozarrón” y “The Morgan”. A principios de los ‘80s, el conjunto liderado por Gustavo aprovechó esa década para construir los cimientos de una carrera plagada de grandes éxitos.
Soda Stereo recorrió en una década y media de trayectoria todos los formatos dentro del contexto de la escena contemporánea. Con su disco homónimo, fusionó reggae, pop y una gama de tendencias que incluían la new wave inglesa. La salida del registro “Nada Personal” en 1985, lo encontró como una banda sensual de pop bailable con gran cantidad de pinceladas new romantic. “Signos” fue indudablemente el contexto dark-pop que regía por esa época, fruto del impacto mundial que generó The Cure en el panorama, mientras que “Doble Vida” trajo mucha sensualidad, reflexión y energía funk al grupo, bajo la producción del artista latino Carlos Alomar, guitarrista de David Bowie.
Con el inicio de la nueva década, Soda Stereo se erigió en ineludible referente rockero de la escena rockera con aquél trabajo de más ADN del rubro llamado “Canción Animal”, un disco finamente visceral a tono con años donde el movimiento argentino dejaría de lado las sutilezas pop. “Languis”, un maxi que incluía la inédita “Mundo de Quimeras”, fue una pausa en el duro camino de sacar discos enteros, algo que se repetiría con “Rex Mix”, grabado en parte en el contexto de sus recitales en esa sala, junto a un par de canciones nuevas que anunciaban el distintivo cambio de estilo que este famoso grupo asumiría en la siguiente publicación discográfica.
“Dynamo” es sin dudas un álbum conceptual por su estilo, donde sobresale el formato de multipistas de instrumentos como capas argumentales de los temas, envueltos en una idea “sónica” que mezclaba lo ambiental con la decisión de llevar al extremo la decisión de ir a un terreno hipnótico pero finamente embriagador de audios procesados. Muchas tomas de guitarras, bastante sonido Manchester y composiciones muy significativas, tuvieron en el correr de esa década una resignificación muy poderosa. Entre ese disco y el siguiente con Soda Stereo, Gustavo instalaría sus primeros trabajos fuera de esa famosa formación.
En compañía de Daniel Melero, publicó “Colores Santos”, donde ambos fusionaban cosas de distinta estructura compositiva, material que tuvo meses más tarde una edición con una trilogía de remixes y remezclas. Aprovechando esa pausa con su grupo principal, durante el embarazo de su esposa Cecilia Amenazar en Chile, grabó el disco “Amor Amarillo”, un trabajo intimista y guitarrero que lo mostró muy original componiendo para su propio debut solista en 1993. Por distintos motivos personales y operativos, jamás llegó a tocarlo en vivo ante el público, a excepción de un recital para una conocida radio FM porteña al año siguiente.
Tras un grave accidente familiar que afectó al hogar de Héctor Zeta Bosio, los integrantes de Soda Stereo retomaron la actividad conjunta durante 1994, particular momento donde compusieron y grabaron “Sueño Stereo”, álbum que mezclaba, rock, pop y muchísimas partículas de electrónica, material que presentaron en 1995 con nueve fechas en el teatro Gran Rex. Atrás había quedado el “gigantismo” del show en la avenida 9 de Julio ante unas 300 mil personas, tal como admitió el líder la banda sobre el hecho de convocar a una multitud en ese momento en un concierto al aire libre.
Sin embargo, pocos años más tarde, la banda actuaría en La Plata para el tradicional aniversario de la ciudad, frente a medio millón de espectadores en la Plaza Moreno al aire libre, en un concierto con la vocalista colombiana Andrea Echeverri y los hermanos Moura (Virus), en carácter de invitados especiales, a esa fabulosa performance en la ciudad de las diagonales.
Después de aquél disco, el cansancio y desgaste en los integrantes de la formación que se habían percibido en el final de los shows de “Dynamo” volvieron a hacerse presentes, tiempos donde la banda aceptó en aquél momento con un dejo a fastidio, el pedido de la cadena televisiva MTV para hacer un recital grabado bajo la modalidad acústica, que finalmente mutó a performance eléctrica, pero con instrumentos orquestales en un estudio de Miami. La previsible ruptura del conjunto argentino finalmente se formalizó en 1997, implementando de manera inesperada run tourpor varios países antes del adiós, gira de la cual se extrajo “El último concierto” con todo lo grabado en el estadio de River el 20 de septiembre, sumando además un especial para la cadena de tv por cable HBO.
Liberado supuestamente de las ataduras que conllevaba un grupo de enorme masividad, Gustavo encaró nuevamente su costado solista con un recordado álbum de pop con electrónica, sampleos y mucha sensualidad noventosa llamado “Bocanada”. Ese disco en su momento, no recibió el beneplácito de los medios, a pesar de convertirse en un álbum que inspiraría después a varias generaciones por sus conceptos y estilos desarrollados. Aquél trabajo fue oficializado durantes seis noches en el teatro Gran Rex en 1999 y dos Obras repletos en junio del 2000, mientras componía la banda de sonido de la película “+ Bien” del joven realizador marplatense Eduardo Capilla.
Ruth Infarinato y Gustavo durante el rodaje de la película “+Bien” Córdoba, Argentina 1999 Foto: Archivo de Unísono pic.twitter.com/hlSsvji6yc— Gustavo Cerati (@cerati) December 16, 2021
Ruth Infarinato y Gustavo durante el rodaje de la película “+Bien” Córdoba, Argentina 1999 Foto: Archivo de Unísono pic.twitter.com/hlSsvji6yc
Desdoblándose en distintas actividades, Cerati participó como actor en esa película “indie” junto al actor Damián De Santo y la conductora televisiva de cable Ruth Infarinato, largometraje estrenado a fines de 2001. Paralelo a esa labor en el mundo del cine, diseñó el proyecto orquestal de sus canciones junto al arreglador y director Alejandro Terán llamados “11 Episodios Sinfónicos”. Grabado el 4 de Agosto de 2001 en el Teatro Avenida mientras se desataba una intensa lluvia, el álbum se conoció a fines de esa temporada, mientras se abocaba a una gran gira que se prolongaría ese año y el siguiente por diferentes y variados teatros del continente. En el 2002, Gustavo despidió ese álbum en el Teatro Colón con un show orquestal.
Luego de su experiencia sinfónica, el artista retomó su camino tradicional con temas de carácter inédito, material que expuso un gran tono ecléctico en estilos, sobresaliendo una gama de variantes electrónicas, folklore aggiornado y mucho pop teñido de guitarras con su sello bajo el nombre de “Siempre es hoy”. El disco tuvo una recepción intermedia, un material que depararía un siguiente disco con “Reversiones” y un par de EPs con ayuda de DJs argentinos del momento. Tal vez cediendo ligeramente a las suaves presiones de aquellos que en aquél momento le reclamaban una vuelta al rock puro y directo, compuso nuevo material donde su tradicional romance con la tendencia electrónica pasó a cuarteles de invierno, accediendo a la pasión de electrificar sus conceptos artísticos.
Un álbum para sumar multitudes
Ayudado por el tecladista, productor y compositor Fabián “Tweety” González, Gustavo lanzó “Ahí Vamos”, un disco mucho más ligado a “Canción Animal”, pero focalizado a esa época de su carrera, álbum que provocó la consagración internacional inmediata como solista.Con canciones de pulso intenso y mucha adrenalina rockera, curiosamente el mayor hit del registro fue la canción lenta “Crimen”, tema que hasta último momento estaba fuera del material que se publicaría oficialmente, pero que González sugirió incluir dentro de ese lanzamiento.
De aquella época, se conoció su primer trabajo en vivo grabado en cuatro noches tocando en el Estadio Obras con su nueva banda. Por aquellos tiempos, la asistencia de público a los recitales del artista había crecido exponencialmente, algo comprobado durante su show al aire libre en Pampa y Alcorta para despedir “Ahí Vamos”, recital que reunió unas 70 mil personas en esa performance al arie libre que contó con Luis Alberto Spinetta como principal invitado del concierto.
A mediados del 2007, los integrantes de Soda Stereo diseñaron el formato elegido para el regreso, varias actuaciones por el continente americano que arrancaron y terminaron en River, conciertos que culminaron con la publicación del doble CD-DVD “Me Verás Volver”, tal el nombre de la gira reencuentro del grupo, acompañado en ese momento por los músicos Leandro Fresco, Leo García y “Tweety” González. El grupo Soda Stereo en aquél momento concretó seis recitales en River, marcando un record en esa cancha en cuanto a actuaciones en una mismo año. Recluído pocas semanas después en su chalet de Punta del Este, Uruguay, Cerati se abocó minuciosamente a las maquetas de su nuevo proyecto “Fuerza Natural”, un disco de absoluta transición como él mismo lo definió en su momento ante las consultas de los medios especializados.
Producido por Gustavo junto al realizador Héctor Castillo, el disco mostró un tono más folk-pop con toques electrónicos y orquestales, material que el músico oficializó con un concierto masivo en el Club Ciudad de Buenos Aires para 30 mil personas el 20 de diciembre de 2009, pocas semanas después de la salida del álbum. A fines de ese año y principios del siguiente, el artista se abocó a una extensa gira por todo el continente.
Durante el 2010, Cerati concretó dos actuaciones en Argentina. La primera, en un local de la zona de San Telmo cuando se inauguró el “Samsung Studios”, en donde funcionaba el boliche tanguero “Michelangelo”, mientras que la siguiente performance ocurrió en el marco del festival solidario “Argentina abraza a Chile”, después del grave terremoto que afectó a ese país trasandino, recital en el predio público de Alcorta y Pampa. Inmediatamente después el artista prosiguió con la gira de “Fuerza Natural” por toda Latinoamérica, con excelente repercusión. Durante el cierre de aquél tour, el 15 de mayo Gustavo sufrió una descompostura física posterior al recital ofrecido en la ciudad de Caracas, Venezuela y debió ser trasladado de urgencia a un nosocomio local para atenderlo.
Según se constató en las siguientes horas, el músico sufrió un ACV, grave situación que afectó buena parte de su masa encefálica, momentos donde debió ser intervenido en dicha localidad venezolana para descomprimir la presión intracraneala que afectó su cabeza. El artista permaneció internado en terapia intensiva algunas semanas, y tras un acuerdo entre las autoridades del hospital caraqueño y la familia del músico, el intérprete fue trasladado a Buenos Aires en un avión sanitario, en medio de la conmoción mundial por lo ocurrido, mientras en Capital Federal las autoridades del Instituto Fleni lo esperaban preparados.
A principios de junio, el músico fue internado en ese lugar y posteriormente, al notarse un lento progreso corporal, se lo trasladó a la Clínica ALCLA, entendiéndose que el daño en su cerebro difícilmente tendría un camino de recuperación. Ese limbo de incertidumbre se prolongó por cuatro años hasta la mañana del jueves 4 de septiembre de 2014, cuando tras una falla general séptica ocurrida en su organismo, el artista falleció en la madrugada ante la conmoción general por la noticia. Gustavo Cerati jamás recuperó la consciencia y dejó un legado artístico que aún resuena de música ligera en las jóvenes generaciones.
Imágenes: Sony Music / Télam / Cerati.com, Nora Lezano / Soda Stereo.com
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